sábado, 6 de abril de 2013

Fay Lovsky





Quizá se trate de la última leyenda élfica. Por lo menos allá en el país de los tulipanes. Alguien que parece haberse tomado esto de las canciones como una constante travesura, dulce y hermosa. A través de su dúctil voz, ha sabido conformar una de las más sólidas, sorprendentes y sensatas discografías del continente europeo en ya más de treinta años de trayectoria.


De extracción liberal y post-hippy, Fay Lovsky (1955) se bregó desde muy pronto en los cafés de su Leiden natal armada apenas con guitarra y voz. Adscrita desde los últimos setenta a la escuela de arte de Rietveld, en Amsterdam, debuta en 1980 con “Sound on Sound”, una breve pero jugosa introducción donde caben Devo, el pop naif, The Residents, el folk alucinado, The Carpenters, los instrumentos de juguete, el doo-wop blanco o incluso el punk acústico. ¿Sally Oldfield vs. Young Marble Giants?. Sea como sea, una paleta lo suficientemente amplia (y convincente) para ir desarrollando después una carrera ajena a imposiciones ejecutivas, modas cegadoras o requiebros impostados. 




“Confetti”, publicado un año después, mezclaba baladas al piano con funky juguetón (un adjetivo que le irá prendido de por vida) y, de paso, sumaba (algo de) instrumentación y sofisticación. Contenía su primer intento de hit: “Maggie”, una canción con mucho de grupos ‘spectorianos’. En “Rude and the Gang” se volvía foguear con el punk y en “The Weather” lanzaba un guiño al revival ska del momento. “All the same” tiraba de teclados à la Steely Dan, “Stay Away” de pop pimpante y “Esprit de L’escalier” de cabaret y melodía lluviosa. La cuota “exótica” estaba representada en “Honk-Kong Nights”.

Después de colaboraciones puntuales con algún miembro de Gruppo Sportivo (definitivamente: Dios los cría…) “Origami”, su siguiente disco, se beneficia de una producción de los ochenta para facturar pop tropical –“Ramón”-, instrumentales orientalistas, primeros escarceos directos al corazón de los más pequeños –“Disney dust”-, algo de r&b blanco, más caricias acústicas de marching band –“Sugar me Sam”-, canción de cuna, más hits –“Don´t feed the animals”-, una canción que adelanta a Anna Domino –“Never (seem able to say goodbye)”-, una de country-pop –“One more time” o la repesca de la sesentera “Christmas was a friend of mine”, su éxito del 82, lanzado en principio en formato single, y que se convertirá con el tiempo en, quizá, su canción más recordada. En palabras de la propia Fay, su disco más ambicioso. ¿En estado de gracia?. En efecto.




“Cinema” es, digamos, el último disco de su primera época. Publicado en 1985, se inicia con “The islands”, otro corte cercano al trópico muy en la línea transversal de las producciones sello ZE. El resto -“Rainy day men”, “Sway with me” o “Goodnight Galileo- la acercan (de nuevo) sobremanera a Anna Domino y, en menor medida, a Isabelle Antena. Otras, como “Underwater” a Laurie Anderson. Eso sí, en ningún caso intentando imitar ni por asomo a ninguna de las citadas. Canciones excepcionales como “Humble pie”, ensoñadoras como “Peppermint kisses”, nuevaoleras (con orquesta) como “Automatic people” o modestos (y entrañables) experimentos electro-ska como “Robot” vuelven a maravillar por su ubicuidad y flexibilidad, nunca forzadas. Otro acierto.

A partir de “Cinema” se toma un respiro en su carrera en solitario para volcarse en la composición para spots de televisión, jingles o espectáculos teatrales. Además, formará parte de The Magnificient Seven, dedicado a versiones de piezas cinematográficas en clave de jazz. A partir de este momento su (bendita) dispersión se hará un hecho definitivamente, alternando discos con su nombre con otros en colaboración.


Para su retorno se hace acompañar del dibujante de cómic Joost Swarte con el disco “Jopo in Mono” (sobre uno de los personajes bandera de Swarte), de 1992. Más doo-wop -“I Never You Mind the Neighbours”-, blues -“Yawn Blues”-, un mejunje entre el shibuya y They Might Be Giants -“Passi Messa”-, ye-yé -“Apellation Controlle”-, They Might Be Giants a secas –“Oh Beebie”-, rock’n’roll acústico –“Jopo’s Bicycle”- o country-pop –“Georgie is my Hose”- en un disco divertidísimo y muy bien llevado en todo momento, que tendrá su continuación en las dos referencias (también con portada de Swarte) en las que la Lovsky se hace acompañar de La Bande Desineé.  

Con ecos de Randy Newman –“Unfinished Business” y swing de alto standing –“Bad Continuity”-, se inicia el primero de ellos, de título homónimo respecto al proyecto. Hay pop-rock adulto –“Security Pass”-, clásicos para niños –“Mr. Clean”, “In the Middle in the Middle” (también realizada por TMBG años despuéss), inmersiones americanas, ensoñaciones revisitadas –“Underwater”, “Rainy Day Men”, “Passing Cloud”-, bandas sonoras -“Danger city”-, y hermosuras sin más –“Papa’s Things”-. De todo, vaya.




En una línea similar y definitivamente más adulto, el segundo con La Bande Denineé, titulado “Numbers” tiene entre sus grandes momentos “Morpheus”, una admirable variación del “Morpheu´s Arms” de su disco de 1980, la crepuscular “Food is the Enemy” o las deliciosas “Empy Home” y “Angels Are Among Us”, que cierran un pequeño círculo más irregular de lo esperado.

“Kleine Sophie en Lange Wapper”, basado en el libro para niños homónimo –con “Een Satijnen Voile” a la cabeza-, y “Hondle” (con el dramaturgo Jules Noyons) para la función teatral correspondiente –nos decantamos por el segundo-, ahondan en su faceta más desinteresada y lúdica.




“Eigen Weg” (en alemán) y “Maze of Mirrors” (2002) son, hasta la fecha, sus últimos álbumes oficiales a su cargo y abogan por una línea más estandarizada a todos los niveles, pero casi siempre con buen criterio –muy en la línea de los últimos The Beautiful South-, especialmente en el segundo de los discos, devenido en una suerte de pop easy-listening de qualité –Swing Out Sister, The Aluminum Group- en su parte final. Empieza a utilizar de manera más habitual su instrumento favorito, el theremin.

También forma parte de Les Primitifs du Futur (proyecto de jazz y Chanson con portadas de Crumb) y lanzó otro disco conjunto –delicado y calmo, orientado en principio a los más pequeños- con el cantante de cabaret Harrie Jekkers. No para de tocar y de involucrarse en incontables proyectos. Es una mina, y por eso la queremos.





Origami: http://www.4shared.com/zip/AnKquyKq/Origami__1983_.html