La feliz recuperación del encaje decididamente espartano en las últimas canciones de Mariana Brito da Cruz, tras el funcional uso de la electrónica en su "Can You See Me?" del año pasado, y un paso más bien discreto por Eurovisión -"Saudade Saudade"- representando a su país -Portugal- , ha dado como resultado "Hortelã", una obra que se revela fundamental en el devenir ya no solamente de su carrera, sino en el del panorama musical a este lado del Atlántico.
El sentimiento, tan austero como conmovedor que transita todo el disco -reflejado con rigurosidad desde la portada- irrumpe con litúrgico acento ya a partir de la inicial "Oxalá" y da con muchas de las esencias que se van a desarrollar luego a lo largo de su minutaje: folk engalanado con arpegios elegíacos -impresionante trabajo en este sentido de Darío Barroso y Pau Figueres-, entrecruzados magistralmente con compostura flamenca y circunspección fadista.
MARO recupera "Juro que vi flores", ya incluida en su disco del 2022 con la participación entonces, nada menos, que de Milton Nascimento. En la revisión que incluye "Hortelã" la artista invitada es Silvia Pérez Cruz y, ciertamente, su participación a la segunda voz es igualmente fabulosa y emocionante, siendo una de las pocas ocasiones que la de Palafrugell ha conseguido sacarme de la indiferencia que me suelen producir sus interpretaciones: otro motivo para celebrar.
"Se noutra vida não te encontrar, vou nem viver pra te procurar, que a minha vida vivida é você". Amor, menta y agua a raudales. Pureza sin falsas coartadas ni especulaciones, a corazón abierto: "sou fundo sem fim (...), que eu sou casa sem tecto e que tens morada em mim". Esto es cosa seria, en todos los sentidos.
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