¿Ha llegado el momento de la verdad para la de Pedra Badejo? Por lo que a mí respecta, y tras no haberle cogido demasiado el punto a su disco de debut "Ora Doci, Ora Margos" (Harmonia, 2014) durante el periodo de mayor persistencia en el trabajo de campo que dediqué a las músicas de Cabo Verde (2011-2016), creo que "Di Lonji" (y tras la escucha reciente de sus otros dos álbumes intermedios) es, desde luego, la grabación más directa y convincente hasta la fecha de Elida Almeida, también conocida entre los suyos como Daisy.
Define muy bien los tramos, siendo el primero más intimista y, a partir de la contagiosa "Bedjera" se impone el más risueño -pero no por ello menos combativo en textos-, con el semba "Djarmai", los zouks "Mo Ki Nta Fazi" y "Eh Ka Bo" y los vibrantes funanás "Amigu" o "Domingo Denxo". Es la táctica que viene acometiendo Elida en todos sus discos: ir cogiendo ritmo de manera gradual para irnos metiendo, sin prisa pero sin pausa, en vereda. Solo que en esta ocasión la turgencia de las partituras está mejor moldeada y acotada que nunca.
Los apuntes electrónicos en "Dondona" o "Mulata" son de una sutilidad orgánica francamente maestra, y se agradece que las esporádicas concesiones rockeras que emborronaban un tanto en el pasado hayan sido desterradas o, como mínimo, pulidas al máximo en "Di Lonji".
No pasará a la historia como una visionaria en el plano polifónico -ni falta que hace: lo importante es el compromiso irrenunciable con sus raíces, su aptitud y su orgullo de clase, procediendo como procede de un pueblo que recientemente inauguró su primera carretera-, mas la apuesta y el abrigo constantes del sello francés Lusafrica empiezan a cobrar todo el sentido y sitúan este disco junto a las obras mayores de compatriotas como Nancy Vieira, Lura, Neuza o Fantcha. Conquistando status por derecho propio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario