domingo, 11 de junio de 2023

Lucas Santtana, "O Paraíso"






Encuadrada en sus inicios -el debut "Eletro Ben Dodô" (1999)- en el 'samba esquema funk'  de los Nação Zumbi o Skank de turno, la música de Lucas Santtana, a través de los nueve álbumes que ya atesora, ha ido asentándose inexorablemente en un clasicismo brasileño -sobre todo a partir de "Sobre Noites E Dias" de 2014- donde poder desplegar como en ningún otro formato su talento para la composición melódica enriquecida.

Sobrino del libertario por excelencia del movimiento tropicalista -Tom Zé- que, sin duda, le abrió también el primer apetito en el tránsito hacia sonidos menos convencionales, Santtana no obstante siempre aspiró a desarrollarse como autor total, escribiendo ya desde muy pronto hermosísimas bossanovas para gente como Arto Lindsay -"Mar Da Gávea"- o Marisa Monte -"Abololô"-.




Sin rastro apenas de experimentalismos -si acaso algún que otro tratamiento en la voz o el apunte electrónico retro de "What's Life"- queda el terreno expedito nuevamente en este último disco para las emociones desnudas. La mimetización con aquel tropicalismo de finales de los sesenta arranca con la propia "O Paraíso", una soft-samba ideal para ir abriendo boca. Los arreglos vaporosos del reggae "Vamos a Ficar Na Terra" -conteniendo el mensaje principal sobre el que gira el disco, esto es, la preservación y defensa del entorno natural, amenazado hasta límites insoportables- anima a balancearse a medida que avanza ese tono fabulador, todo ello a la altura del mejor Gilberto Gil.

Pero si en algo Lucas Santtana ha sabido adaptarse respecto a su entorno consustancial es sin duda en ese dulce registro tan cercano a Caetano Veloso, ya sea versioneando al padre de los esquemas modernos -Jorge Ben- en "Errare Humanum Est", en la versión de Beatles "The Fool on the Hill" -con Flore Benguigui de L'Impératrice, cuyas "Agitations tropicales" ya recomendamos hace un tiempo aquí- o recogiendo el guante del afoxé de "Livro" del de Santo Amaro en "Muita Pose, Pouca Yoga".  

Santtana é, com certeza, aquarela do Brasil contemporâneo.

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