Hay artistas actuales que remueven en el interminable legado de los años ochenta para recrear sin gracia sus distintivos sonidos -pero con aparente maña para emular sus tics-, y las hay que, con mimbres similares crean algo imperecedero, hipnótico y resistente a cualquier tiempo.
En el segundo bloque encontramos a la estadounidense de ascendencia ghanesa Julia Kwamya, que hasta hace un lustro se guarecía bajo el apelativo de Germans, y que tras un grave accidente en 2019 que marcó un antes y un después en su vida, ha acabado firmando con el nombre que aparece en su documento de identidad, para debutar con este mini álbum que, a día de hoy, aún no tiene continuación.
"Feel Good About Feeling Bad" hacía clara referencia a ese estado de superación que sigue a un momento de shock tan terrible -y a otros anteriores, los rumiados previamente-, a esa manera de expiación que acontece tras concretar por fin una colección de canciones que a punto estuvo de quedar, societariamente, en el limbo.
El disco, yendo al grano, se amoldaba sin miramientos en el sophisti-pop de los años ochenta -recuerden: mezcla de sensualismo, arreglos electrónicos sin empachar y nocturnidad turgente- y aunque los nombres que más nos vienen a la cabeza para tratar de describirlo son Sade -sobre todo- y Everything But the Girl, la neoyorkina Julia Kwamya conseguía redimensionar esas influencias para evitar el remedo impersonal, sonando todo con una frescura y descaro no solo de agradecer, sino de subrayar.
La desarmante "Cruel" ("You could stand to see me cry") y la post-tropical "Wonderhow"-sobre desacralizar promesas de las que suele ser difícil escapar- ya databan del lejanísimo 2013 en las mismas versiones que aquí se incluyen, demostrando que el concepto -un tenue r&b curiosamente mucho más pálido que negro, con unas bases más electro-pop que smooth soul- estaba más que predestinado desde los tiempos de Germans. El arranque de "Anne + Cats 4EVA" (sobre las relaciones tóxicas, verdadero leivmotiv de este trabajo, con el ego como pleonasmo estrella) recordaba al de "Ride" de Prefab Sprout, y "Hideaway" -la melodía más Tracey Thorn- era el corte más impetuoso y funk, con un parón casi al final realmente espoleante. El rastro de "Diamond Life" se lo quedaba "Delusions", con ese estribillo de mar abierto, rebosante de melancolía ("Will I crumble if I go to these places that I'm made of").
Para la edición física -tanto en 1o como en 12 pulgadas- se incluyó un corte oculto, "Little Red", con un saxo solitario de resaca dominando el entramado y otro estribillo categórico haciendo dique en la baza más ambiental del listado.
2024 nos ha traído una nueva canción de Kwamya, "Say Yes", algo más escorada a la indietrónica de soul desnudo y libérrimo. ¿Será esto el adelanto de un inminente nuevo álbum?. Los fans del pop cosmopolita -como se entendía hace ya cuarenta años-, que tantas esperanzas han puesto en la responsable del magnífico "Feel Good About Feeling Bad" andan haciendo cábalas al respecto, en bucle.
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