sábado, 6 de julio de 2024

Fogo Fogo, "Fladu Fla" (2021)

 




El histórico dirigente bisauguineano Amílcar Cabral encabeza, desafiante -entre otras figuras como José Afonso, Tim Maia o Lee 'Scratch' Perry-, la portada del debut de este combo portugués empeñado en reglorificar los tiempos audaces de la escena caboverdiana del funaná eléctrico de principios de los años ochenta del siglo pasado. 

Ya el nombre del conjunto es proclive a diferentes connotaciones, tanto por sus implicaciones con la orografía volcánica de las islas como por los latidos de la lucha armada que conectan con el motivo principal de la carátula. 

"Fladu Fla" -que estaba previsto publicarse en lo más crudo de la pandemia, y que por ello tuvo que retrasarse un año y medio- no da tregua en sus diez efervescentes cortes. La ejecución, además, es concentrada, sin ningún tipo de regresión ni floritura gratuita: directa al noble propósito de hacer mover los cuerpos en el cráter de los deseos. Se trata de refinar al máximo las enseñanzas de Bulimundo, con los registros de los hermanos di Nha Reinalda en el punto de mira -aquí son Danilo Lopes y David Pessoa quienes se alimentan directamente de su rastro-. Trepidantes, las tonadas de Fogo Fogo funden las reivindicaciones históricas por desprenderse del yugo colonial o las añoranzas tras la diáspora con los teclados urgentes, los coros celebrativos y las guitarras licuadas al máximo.
Lástima que en su continuación, "Nha Rikeza" (2024), se haya perdido por el camino mucha de la precisión y lucidez de este estreno.




Ambiciosos virajes de acordes -se lleva la palma en este sentido la extraordinaria y compleja "Dxam Fica na Bô 0"- y una persistente apelación al ritmo contaminante alcanzan de sobra el objetivo de resucitar hasta al más reticente a mover las caderas.  "Fladu Fla" es el mejor disco de baile de lo que llevamos de década.

No hay comentarios: