martes, 12 de septiembre de 2023

Aaron Joseph Russo, "Sookie La La"






En el albor de la pandemia de 2020 se produjo a su vez otro punto de inflexión, concentrado en una modesta ocupación artística como es, de hecho, la del australiano que aquí nos ocupa. Después de un par de álbumes bastante discretos y convencionales -carentes de la suficiente personalidad, vaya- en la pasada década, Russo abría la actual probando una serie de canciones sueltas con un estilo diferente, marcadamente de bedroom-pop, dando mayor protagonismo a sintes evanescentes (cierta tendencia al vaporwave), a la sensualidad juvenil exacerbada y al autotune diletante. La primera de estas muestras, "Espresso", con su falsete pertinaz, ya destacaba sobremanera dentro del improvisado conjunto.

La cosa, aun así, se empezó a poner seria con su siguiente lp oficial, "Lasagne" (Nice Guys, 2021), con sus estribillos alborozadamente apesadumbrados y su smooth r&b, certificando la concreción de su apuesta. Y con un cierto aire a trabajo conceptual como de vodevil sintético-gastronómico.






"Sookie La La" (repite este año con Nice Guys), además de continuar la buena senda de "Lasagne" trae, para empezar, una noticia inmejorable: la recuperación de "Espresso". Tres años después se confirma que es una de las más extraordinarias canciones de lo que llevamos de década, un clásico en un mundo improbable. La influencia nipona -del city pop al shibuya-kei- se impregna de todo el disco, seguramente por culpa de la inclusión de la relectura del "Baby blue" -en clave lovers rock- de los tokiotas Fishmans: menos pulcra que la original pero realmente oportuna y esclarecedora. La deliciosa "Calzone" parece un sobrante del banquete anterior (sea como sea, aquí sienta de maravilla) y "Nintendo 64" corrobora la buena mano de Russo para los baladones ensoñadores.

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