miércoles, 7 de febrero de 2024

Stevie Zita, "Dante"

 



Que esta sea la colección de canciones más numerosa hasta ahora (nueve cortes) del artista de Toronto ya solo es relevante para los que, casi incomprensiblemente, seguimos midiendo el potencial de un músico por el formato extenso en duración, formato por otra parte en clara decadencia. Y tampoco hay que tener en cuenta del todo un baremo así: "Lucid/Luna", de este mismo intérprete, fue favorito nuestro en 2022 con tan solo cuatro. El universo de Stevie Zita se calibra por el número de canciones buenas que lleva desperdigadas en singles, eps y, ahora, en este primer álbum oficial. No se fía todo a esto último, como se ha hecho convencionalmente en las últimas décadas, pero de alguna u otra manera ahí seguimos.

Tampoco es especialmente relevante que la "Intro" con la que arranca este "Dante" sea un trozo, como muy bien apunta el usuario de Youtube @Mu_de_Aries, de la mismísima "All I Wanna You" de los Beach Boys, incluida originalmente en "Sunflower" (1970). Son seis acordes que, muy probablemente, sortearán el engorro de los pleitos por los derechos de autor, porque Zita solo es relevante para un círculo reducido de entusiastas del bedroom pop más militante y nerd






Si hablamos de remuneraciones, lo mejor es destacar "Dante's Royalties", la primera piedra de toque de esta grabación, a medio camino entre Aaron Joseph Russo, Mac DeMarco y Pictured Resort, si pensamos en estos últimos impregnados de buenas dosis de suciedad. Es la quintaesencia de la fórmula sobre la que viene concentrado Zita desde sus orígenes: una guitarra líquida, desvanecida en su intento de hilvanar una textura jangle, recubierta por debajo de un glaseado de sintes psicotrópicos y coronado por una voz aparentemente abúlica. En "Gotham" todo ello se vuelve hasta plañidero y "Pyramid Schemin'" nos envuelve en la sombra alargada de R. Stevie Moore, acertadamente considerado la auténtica autoridad en esta materia de la bajísima fidelidad, dejando para "Ali Baba" el remanente del mejor Sean Nicholas Savage, el que nos embaucó a la altura de "Flamingo". Canciones todas ellas relevantes en un cosmos como el de Stevie Zita que no para generar píldoras ocultas -pero sumamente adictivas- destinadas a seguir retroalimentando el mejor pop marginalista de hoy en día.

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