jueves, 14 de enero de 2010

The Particles



Uno de los grandes discos de los ochenta, nunca lo suficientemente reconocido, es el “Midnight Shift” de Dislocation Dance, uno de los numerosos combos de pop elegante y pulido que poblaron el panorama de las Islas Británicas en los primeros ochenta. Aquel disco fue la cumbre dentro de la trayectoria de un grupo que se inició en las tuberías del post-punk, es decir, con un sonido más áspero e imbuido de guitarras cortantes y ritmos sincopados. Sin embargo, esa etapa representada principalmente por el disco “Music music music”, a pesar de ser tenida en consideración, es poco menos que anecdótica o incluso desmerecedora -por poco intensa y roma en el resultado final- respecto a la refinada, intuitiva y deliciosa mixtura de aires sesenteros –Bacharach pasado por el filtro de Dolly Mixture o Trixie´s Big Red Motorbike en el punto de mira- y dance pop. Lo que a mi me gusta denominar como ‘lunch pop’ o las canciones ideales para un día en el campo o de barbacoa junto a una piscina privada.



De todo esto último se nutrieron los australianos The Particles, con la particularidad de haber empezado a hacerlo cuando Dislocation Dance aún andaban rumiando su “Music music music” y aún no se habían desenvuelto del traje rugoso. Pero, ¿por qué tanto interés en traer a colación a los británicos para hablar de The Particles?. Porque la primera vez que escuché a éstos, se me ocurrió trazar una imaginaria discografía perfecta juntando la evolución completa de Particles (tres ep´s repartidos entre los años 1979 y 1983) y el disco de emancipación de los primeros, ojo, de 1984. ¿Razones?, además de influencias comunes, muchísimas más similitudes. Las voces femeninas tienen un tono sorprendentemente muy parecido. El uso de la trompeta –en el caso de Particles a partir del 3er ep, “I Luv Trumpet”- sobre un fondo de guitarras pulcras y baterías que parecen –si es que en algún caso no lo son- programadas. Todo eso, y algo más, en lo que desembocaría, para entendernos desde el punto de vista comercial, en Swing Out Sister.



Y es que se puede concluir en que The Particles -antes de diluirse en otras formaciones como Cannanies, sin la cuarta parte de gracia- fueron ni más ni menos que Dislocation Dance sin sofisticar, su versión primeriza y definitivamente más válida que la de los propios autores de “I’m doing fine”. ¿Llegarían a escuchar éstos a los de las antípodas a la hora de diseñar canciones como “Show me” o “Violette”?. Sea como sea, una asociación casi casi estremecedora.

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