domingo, 13 de abril de 2014

Eneida Marta, “Nô Stória” (2001)






Siguiendo la brecha abierta por Dulce Neves, la siguiente figura femenina de la música popular de Guinea-Bissau (aún sin una discípula clara o una “rival” definida) es Eneida Marta. Participante, como Neves, en esa esclarecedora compilación llamada “An Afro-Portuguese Odyssey”, tiene cuatro álbumes (reivindicando sus raices angoleñas y guineanas de manera especial en los dos últimos) y un mini de versiones, además de un ep de adelanto del segundo “Lope Kai” (2006).




La paleta de sonidos que propone Eneida alcanza su máxima expresión en “Nò Stória”, su carta de presentación. Producido por su inseparable Juca Delgado (músico, arreglista y productor imprescindible en Guinea-Bisáu y Angola: en el segundo país se convirtió incluso en rescatador de clásicos como Carlos Burunty), que en todo momento deja constancia de su buena mano tras la mesa de mezclas con soluciones del todo imaginativas y nada dogmáticas. A pesar de que en la actualidad la propia Eneida ha renegado mayormente de este disco (que considera resultado de su inexperiencia y de la manipulación interesada de la discográfica), podemos decir que en él se encuentra una de las más fascinantes colecciones de canciones de pop urbano hechas en África Occidental. Coladeira electrónica (“Encanto [Na Nha Alma]”, “Com O Tempo”), morna (“Oh Mar [Dam Bu Mon]”), reggae pop (“Mundo Rola Cu Mi”, “Antun Uodi”), son cubano (“Río De Mi Tierra”, en perfecto castellano), bachata (“Lundju Di Mi”) o dub-jazz (“Squecimento”). Una verstalidad –combinando voluptuosas baladas con hits impepinables- que la sitúa cerca de la órbita de otras figuras actuales de la música caboverdiana como Mayra Andrade o Nancy Vieira (sobre todo la segunda), si bien es cierto que con menos influencia de la música brasileña que en los discos de éstas, como han demostrado sus producciones siguientes.





La fama de cantante sensual y avezada se la ha ganado a pulso merecidamente, volviendo a ratificarme de paso en la teoría de que las voces femeninas suelen ganar por goleada a las masculinas en esta parte del mundo (y cada vez más). Transmite una simpatía y una sinceridad tan contagiosas –no hay más que ver todas sus portadas- que uno no tiene más remedio que rendirse a esa filosofía tan vital que se resume certeramente en una de las frases de “Com O Tempo”: “Todo, todo lo que hago es por amor”.

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