Master Of All Four Elements – “Solid People” (autoeditado, 2018)
Eric Felber y Leah Kete son un dúo afincado en
Munich. A pesar de su reciente formación –colaboran juntos desde hace apenas un par de años- disponen ya de
cinco referencias. La más conseguida es la última: pop sintético, imaginativo y
algo circunspecto que recuerda a los trabajos tardo-ochenteros de Devine &
Statton, a Sade sin producir o a Bernthøler pasados por el dream-pop. “It's Not
Too Bad”, “Hey Dad”, “Flying”, “DaiDai” o “Holiday” son sus super-hits de
dormitorio y “Worthwhile” la exquisitez final. Tecno-pop sin edad.
Winter & Triptides – “Estrela Mágica” (and/OAR, 2018)
Samira E. Winter (natural de Curitiba, Paraná) y el
indianés Glenn Brigman lo dejan bien claro en su presentación: lo suyo es una
reunión en principio puntual para dar rienda suelta a su querencia por el
tropicalismo y el soft-pop de los años sesenta respectivamente. Y desde luego
la fusión entre psicodelia amable, bossa nova y MPB encaja a la perfección en estos nueve dulces donde Samira vuelve a recuperar el portugués como idioma
troncal –como hiciera en su ep en solitario, “Tudo Azul” (2014)- pero donde aparca
un tanto la mera pulsión shoegaze de sus otros trabajos como Winter. “Estrela
Mágica” hay que ponerlo, por de pronto, al lado del disco homónimo de Little
Joy (2008): cavidades tan radiantes como nostálgicas con la lealtad como tema
recurrente en sus letras.
Kero Kero Bonito – “Time ‘n’ Place” (Polyvinyl, 2018)
Ahora sí. Después de un decepcionante debut –“Bonito
Generation” (Double Denim-Sony, 2016)- que, a pesar de hits incontestables como
“Heard a Song”, "Trampoline" o, sobre todo, “Big City” zozobraba en los prosaicos y tediosos recursos del
hip-hop, “Time ‘n’ Place” resitúa al trío londinense como la realidad que
algunos demandábamos desde el principio. Menos electrónicos y más aguerridos y
melódicos, los de la japonesa Sarah Midori Perry han virado hacia el indie-pop
apremiante y pubescente de unos Bis –“Outside”-, al city pop oriental –“Time
Today”-, a lo spectoriano –“Dear Future Self”- o a Saint Etienne –“Swimming”-,
con puntuales gamberradas disonantes. Solo quedan los justos residuos de pop
rapeado en el ultrahit “Only Acting” e incluye una de las canciones del año: la
pluscuamperfecta “Make Believe”. ¡Qué alegría de disco!.
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