Como ocurriera en su disco anterior, de título homónimo y con el que se presentaba en 2019 en formato grande, la angelina Claude Fontaine alterna con regodeo entre el samba-ye yé y el rocksteady. En "Claude Fontaine" la primera parte estaba dedicada a los ritmos jamaicanos y la segunda a las texturas que todos asociamos a Ipanema y alrededores, sin olvidar entonces cierto regusto psicodélico -ella ha llegado a colaborar con lo que queda de Os Mutantes-.
En "La Mer" tan solo cambia la manera de afrontar la secuenciación: ahora es una más brasileña, luego otra reggae, después otra más carioca, y así hasta llegar al final de disco donde se impone por la mínima el pagode. Son dos plantillas sobre las que opera Fontaine y que desarrolla con pulcritud, consistencia y, en el caso de "La Mer" con una madurez manifiesta respecto a las canciones anteriores.
Su propuesta puede parecer simplemente una boutade caprichosa de meros de ejercicios de estilo, pero las melodías están tan bien rematadas, las músicas tan conseguidas -fundamentalmente en la restauración del manejo extremo de la reverb tan característica del dub, algo que algunos indocumentados han achacado a tara de producción-, y a todo ello Fontaine le impregna una sensualidad tan certera -a juego con la portada-, que el conjunto termina por resultar infalible. Por todos los vericuetos en los que se pierde por ejemplo Liana Flores, haciendo flotar una sensación en el ambiente de amnesia melódica constante, lo gana Claude Fontaine con salmodias y cadencias que se te pegan automáticamente al paladar, cuando a este último no le pides demasiada exigencia en términos de originalidad.
Su voz recuerda muchísimo a nuestra Cathy Claret -escojan como botón de muestra "Laissez‐Moi L’aimer", y dense cuenta- o, por correspondencia, a Astrud Gilberto o Claudine Longet. Cuenta con el reputado productor Lester Mendez -David Byrne, Angélique Kidjo, Nelly Furtado- como apoyo crucial en el sonido y en la coordinación con otros músicos implicados tan bregados como Kleber Jorge -habitual del recientemente fallecido Sérgio Mendes- o Ronnie McQueen, de los históricos Steel Pulse -reggae de procedencia antillana colindante con la new wave-.
Claude Fontaine se divierte y a nosotros se nos alarga el verano tan ricamente: ¿Qué más vamos a pedir?
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