Hubo un tiempo en que nos acostumbramos a desconfiar del "hijo o hija de" tal o cual artista, sobre todo si este último se trataba de una figura más o menos incontestable, legendaria y carismática. Pensábamos que, a lo sumo, se trataba normalmente de un muy pálido reflejo -o ni siquiera eso- de su progenitor, de un mero advenedizo. Afortunadamente, esa tendencia ha cambiado mucho en lo últimos tiempos, y prueba de ello es la, a su manera, meteórica trayectoria de Dora, hija de Jaques Morelenbaum. Jaques es el violonchelista -y arreglista en general- de referencia en Brasil en las últimas décadas, con un currículum deslumbrante: "Imyra, Tayra, Ipy" de Taiguara, "Clube da Esquina 2" de Milton Nascimento, "Seduzir" de Djavan, "Circuladô", de Caetano Veloso o el "Inédito" de Antonio Carlos Jobim son solo unas contadas muestras del olfato y gran hacer del reverenciable instrumentista.
Dora Morelenbaum, por su parte, ya ha trascendido con su grupo, Bala Desejo. El cuarteto carioca -con Julia Mestre hasta ahora como miembro más activo: dos álbumes en solitario- causó sensación en los mentideros más o menos alternativos con su fabuloso debut "SIM SIM SIM" en 2022. En realidad, tanto Mestre como el teclista Zé Ibarra o como Morelenbaum, antes de integrarse en Bala Desejo -o en el caso de la tercera, casi en paralelo- ya estaban pergeñando sus propias carreras, por lo que casi podríamos hablar de un supergrupo, o al menos supergrupo en ciernes. En el caso de Dora su aventura solista fue abriéndose camino con canciones en pequeño formato: su vertiente más dolida e intimista quedaba patente en canciones de honda impresión, verdaderamente recomendables, como "Dó a dó" o las incluidas en el ep "Vento de beirada".
"Pique", su puesta de largo, está co-producida entre Dora y Ana Frango Elétrico, y la afinidad entre ambas creo que queda más que patente sobre todo en cortes como "Nem te procurar", "Sim, não" o "Venha comigo", con el influjo disco -como en "Me chama de gato que eu sou sua" de Frango- a pleno rendimiento. Además, la conexión Morelenbaum-Veloso trasciende también a nivel generacional: si el binomio entre Jaques y Caetano funcionó a lo largo del tiempo a las mil maravillas, las composiciones a cuatro manos entre Dora y el hijo del autor de "Cinema Trascendental", Tom Veloso -que tuvo grupo con Ibarra, Dônica: todo queda en casa-, prometen dar carta de naturaleza a otra de esas asociaciones que marquen época.
Mucha influencia del funk setentero tal y como lo entendieron en el universo brasileño -las citadas antes, junto a "Talvez (As canções)"-, medios tiempos con madera de clásico -"A melhor saída"- y unas baladas entre lo tórrido -"Esa confusão"- y lo sonámbulo -"Petricor"- fluyen con notable pericia junto a sambas 'reginescas' -"Caco"- o jazz entre amigos -"VW Blue"-.
Predisposición genética para seguir facturando encomiable beleza.
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