O Nits a secas. Los
XTC holandeses. Quizá sea una definición demasiado fácil y reductora, pero
hasta el momento es la más fiable para situar a un grupo que representa como
nadie, dentro de la Europa continental, la evolución que va desde la new wave
hasta el pop adulto en una trayectoria de largo recorrido (más en el caso de
los Nits, que aún siguen en activo; Partridge y compañía publicaron su última
obra en el 2000 y cinco años más tarde anunciarían el cese de actividad
definitivo). Curiosamente, ambos coinciden en el tiempo (su debut es del mismo
año: 1978) y comparten esa inquietud por el pop cuidado, lleno de referencias
clásicas de los años sesenta y un esforzado interés por sonar a la vez
contemporáneos.
Tener
una visión general del grupo a toro pasado tiene un mucho de picar piedra: son
20 álbumes de estudio, muchos de ellos tremendamente desiguales cuando no en
algún caso considerablemente decepcionantes, así que he decidido resumir su
carrera eligiendo los mejores (cuatro en total) y una selección exclusiva de
sus mejores canciones (selección absolutamente subjetiva, como no podía ser de
otro modo: dejo fuera algunos clásicos de su repertorio ineludibles para muchos
de sus seguidores) en todo este tiempo.
“The Nits” (Scramble, 1978)
Un más que competente debut con las maneras new wave del momento y una nada recatada querencia por los años sesenta. Así, “Tutti Ragazzi” (regrabada para el siguiente álbum, “Tent”), su primer clásico, preconiza en su estribillo al Joe Jackson que debutaría sólo unos meses después con “Look Sharp!”, mientras “Fantasies and Factories” es puro John Lennon tanto vocalmente como en las caídas melódicas tan características del ex-Beatle. “Yes or no”, con ilustres coros playeros, capta a la perfección esa colisión entre la tradición y la enérgica instrumentación que compelía a utilizar entonces. Sorprendentemente “The Nits” es el único disco del grupo que no tuvo una reedición en formato compacto (sólo existe edición a cargo de Fonos, sello encargado de distribuir títulos descatalogados basándose directamente en copias de ediciones en vinilo) por expreso deseo de los holandeses.
A
“The Nits” le seguiría “Tent”, otro disco interesante (disco europeo del año en NME: 1979) en la misma línea que
aquél, incluso más definida en el sonido new wave, con “The Young Reporter” (en la onda del Elvis Costello de “This Year’s
Model” o “Armed Forces”) y “1-30”
como canciones más destacadas. Después seguirían una serie de discos bien
considerados por crítica y publico donde amplían sus cartas hacia terrenos más
lóbregos y electrónicos (mucha influencia de Devo) pero que apenas consiguen
enganchar melódicamente, siendo entre ellos “New Flat” (1980) un caso
especialmente triste (que coincide con el primer cambio drástico de formación) por mostrarlos en un bajísimo estado de forma, sin una
sola canción que poder rescatar medianamente.
“Kilo”,
mini-álbum de 1983, es con seguridad el disco que marca un nuevo rumbo en la
carrera de Henk Hofstede y compañía. Un sonido más elaborado y contenido que
marcará ya prácticamente el resto de sus grabaciones. Su canción estrella fue
“Sketches of Spain”, pero yo prefiero quedarme con “Bild Am Sonntag (As Usual)”, con ese aire entre místico y
post-apocalíptico que bien podría habre formado parte de discos como “English
Settlement” o “The Big Express”.
“Adieu, Sweet Bahnhof” (Columbia, 1984)
La canción homónima, una de las piezas claves de su andadura (single estrella del triple en directo de un lustro después, "Urk"), tiene un aire portuario gracias a un sonido de acordeón que nos trae, por fín, a los Nits más insospechadamente melancólicos hasta ese momento: una canción preciosísima que insiste en una línea melódica que tiene algo de Brel (es su particular “Le Bond Dieu”) y del café cantante. Cargada con sección de vientos está “The Tender Trap”, con su tono elegíaco y, al igual que “The Ballroom of Romance” denotan un registro vocal con Declan MacManus en el punto de mira. Como por otra parte ocurre en otros cortes también a tener en cuenta: “Woman Cactus” o “Think it Over”. ¿Su mejor disco?. Sea como sea, se les nota especialmente expansivos y convincentes.
Ni
“Henk” ("no hits", como ellos mismos se encargan de avisar) ni “In the Dutch Mountains” son precisamente memorables, por mucho que
el segundo de ellos siga considerándose por muchos. Más famoso que bueno,
mostró a unos Nits ensayando con guitarras acústicas en un intento (fallido) de
añadir algo de folk a su propuesta.
“Hat”,
su último disco en los ochenta, es otro mini-lp que remonta el vuelo gracias a
sencillas pero efectivas tonadillas como “The
Bauhaus Chair”. “Giant Normal Dwarf” y el 'pop-sinfonista' “Ting” tienen también razones de
peso: “There from Here” y la estelar
“The Night-Owl”, pertenecientes
“Giant”, certifican la ausencia de guitarras en muchas de sus composiciones,
algo que se irá haciendo cada vez más frencuente según el disco, en detrimento
de arreglos neoclásicos. Parecido tratamiento tienen en "Ting" las terminales “Fire in my Head” y “River”, con piano y coros que
pretenden volar más allá del mundanal ruido. “Da Da Da” (canción que da título al siguiente disco de 1994), más
orgánica que las citadas y con un trote sigiloso, también tiene no obstante
mucho de evanescente, sosteniéndose mayormente en arreglos de cuerda. “What We Did on Our Holidays” y “Sorrow”, con esos someros ramalazos
country puede sonar en un momento tanto a los R.E.M de “Out of Time” o
“Automatic for the Peple” como a The Band Of Holy Joy.
“Wool” (PIAS, 2000)
Su disco más orquestal y atmosférico. “Walking with Maria” -easy-listening con ligeros coros soul-, “26 A (Clouds In The Sky)” -Paul Buchanan en el retrovisor- y “The ‘Darling’ Stone” (mi canción favorita de todo su repertorio) aparecen en “Wool” seguidas y forman, por tanto, un tríptico imbatible y arrebatador. Percusión muy insinuada, coros a lo Leonard Cohen (“26 A (Clouds in the Sky)”). “The ‘Darling’ Stone”, por su sutil tratamiento electrónico, sus evoluciones cinemátográficas, su loable arquitectura y su tono misterioso es el verdadero ‘tour de force’ del grupo. Su particular “Apple Venus I”
“1974”,
en homenaje al año de fundación del grupo, tiene en “Athens”, dream-pop de muchos quilates que también recuerda lo suyo
a The Blue Nile, su máximo exponente. Por otra parte, la catatónica “The Eiffel Tower”, la terrible “The Hole” (muy Talk Talk) y “The Milkman” (con coros tipo Low)
abanderan “Les Nuits”. “The Flowers”
es una de sus más acertadas (y arrebatadas) canciones rítmicas de este período
-gracias a un piano trazando bucles constantemente- y, de lejos, lo más salvable
de “Doing The Dishes” (título extraído de unas declaraciones de Cohen).
“Strawberry Wood” (Sony BMG, 2009)
Orientados más que nunca al folk-pop, en gran parte gracias a gemas tan precisas como “The Hours”, “Jisp” (con un requiebro travieso a lo They Might Be Giants) o “Return”, que nuevamente puede recordar a Beatles o REM a partes iguales. Buen estado de forma para aquellos que llevan a sus espaldas tres décadas y media de funcionamiento.
El
soul blanco de “Man on a Wire” y “Blue Things” son los estandartes de lo
que, a fecha de hoy, es su último disco, “Malpensa” (2012), que mantiene el
tipo admirablemente. A fuerza de resistir modas y carretas, vaivenes de formación (sólo se mantienen Henk Hofstede y Rob Kloet desde el principio), a pesar de lo
discontinuo de su inspiración, Nits son por derecho propio una de las
instituciones pop del viejo continente.
A continuación, las 30 mejores piezas del combo. Para que se hagan una idea, su duración da para dos cedés repletos de sonido arty. Enjoy!
http://www.4shared.com/zip/3zFiHj5A/Nits__1978-2012_.html?