viernes, 17 de noviembre de 2023

Rogê, "Curyman"

  




El renacimiento de Arthur Verocai como ejecutante (tuvieron que pasar treinta años para que el legendario álbum homónimo de 1972 tuviera su continuación, sobre todo, en el "Encore" de 2007 realizado junto al incombustible Ivan Lins y los fusionistas Azymuth) no debe hacernos olvidar la otra labor por la que es reputado en Brasil y que apenas ha abandonado desde que irrumpió en el panorama nacional: la de arreglista.

Y, desde luego, eso se nota con creces en el "Curyman" del carioca Roger José Cury donde el reivindicado autor de "Sylvia" ha desparramado un auténtico festín de cuerdas y reverb desde la primera canción. En "Nação Tupi" o "Mistério da Raça" demuestra el por qué a Verocai, recurrentemente, le llaman 'El Robert Kirby brasileño' -vale, no nos olvidemos de la referencia de Francis Hime, que nos queda más cerca-. En las composiciones recias y resueltas de Rogê, incluso con ese punto áspero y agreste de la guitarra, sus vestimentas le van como anillo al dedo. Concretando, es un viaje a finales de los años sesenta y principios de los setenta -donde, evidentemente, Verocai se mueve como pez en el agua- a base de un samba tan gótico como anhelante.






El pegadizo moog de Thomas Brenneck -guitarrista de Lady Gaga, Beyoncé, Jay-Z o Amy Winehouse- marca el mejor y más efervescente momento del disco: "Existe Uma Voz" (¡esa cadencia!). En "Se Eu For Falar De Amor" Rogê se marca una bossa nova de cámara de saudade casi lacerante y "Grito do Natureza" desfila por el influjo del mejor Gilberto Gil.

El cuarto disco en solitario de Rogê, con unos mimbres inmejorables a su alcance -tanto propios como ajenos-, desde un prisma tradicional, enigmático e indomable, va camino de convertirse en un pequeño gran clásico de la escena de su país (y parte del extranjero).

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