El zeitgeist vigente nos dice que hoy puedes ser la gran sensación, pero que mañana tendrás muchas papeletas para pasar directamente al olvido. Manda con mano de hierro la actualidad, esa que te puede arrojar al contenedor orgánico a la mínima que te descuides o dejarte sin rumbo en mitad de la eternidad. El aluvión de novedades, rescates y sorpresas más o menos imprevisibles hace muchas veces muy difícil, por no decir imposible, un seguimiento reposado de éste o aquél artista. Es el mercado, amigo.
El dúo Pearl & The Oysters ha conseguido sortear tamaño obstáculo, al menos de momento. Cuando apenas habíamos terminado de digerir su disco anterior (de 2023), llega este "Pearl Planet" con las mismas armas novelty, camp de "Coast 2 Coast", hasta el punto en el que todas estas canciones podrían casi ser consideradas como outtakes del precedente, pero sin defraudar o cansar en absoluto.
Siguen los guiños al shibuya-kei, Raymond Scott y John Barry ("Halfway Where", "Triangular Girl") a la vez que cogen un peso considerable las baladas de sunshine pop o easy listening ("Together, Alone", "A Planet Upside Down", "I Feel Into a Piano", "Mid City") junto a tonadas que mezclan la típica sintonía de sitcom de hace cuarenta años con Buggles ("Big Time") casi a modo de library pop. Todo ello sustentado en unas melodías igualmente encantadoras -donde, eso sí, las letras sobre la resaca pandémica y cierta disección del turismo zombi encuentran acomodo y ganan en desencanto- y aderezado con arreglos siderales que justifican a su vez esa portada tan electro-disco o spacesynth, quizá convenientemente más sombría que de costumbre por los temas tratados a los que hemos apuntado.
Como decía aquella canción de Bowie: "I'm floating in a most peculiar way/and the stars look very different today". De eso va un poco "Pearl Planet".