La publicación del muy notable cuarto disco del piamontés Giorgio Poti viene de perlas, además de para presentar aquí a uno de los autores continentales más interesantes de los últimos tiempos, para aprovechar y poner el acento en sus primeros y deliciosos discos, ya fuese con grupo ("Archaeology of the Future", a nombre de Vadoinmessico en 2012, o el homónimo de Cairobi de 2017: en realidad prácticamente la misma formación en ambos casos) o en solitario, con ese disco de debut "Fa niente" también de 2017 y que quizá todavía hoy es su más prestigiosa grabación.
La evolución de Poti (apellido real; para el artístico decidió prescindir de la t) se resume en el paso de la psicodelia ligeramente macilenta de los discos citados antes -los de grupo, cantados en inglés, pergeñados tanto en Reino Unido como en Alemania por estancias vitales prolongadas- a un viraje firme y consciente hacia la canzone d'autore, pero sin perder del todo por el camino esos acordes letárgicos del principio como recurso recurrente. Para dar carta de naturaleza a esa nueva variante en el proceso nada mejor que acudir a "La Musica Italiana", que cerraba su segundo disco solista "Smog" (2019) y donde Poti ya reivindicaba con acidez a esos autores clásicos pero irreverentes (Battiato, Dalla, Battisti) a menudo menospreciados por la modernidad de sus compatriotas coetáneos, pero a los que se acaba acudiendo más allá de la nostalgia fácil de toparse con ellos a través de las paredes circunstanciales de habitaciones de estudiantes de Erasmus o de inestables migrantes asalariados.
"Schegge" ("Astillas" en italiano) está embadurnado de esas melodías autóctonas cultivadas desde los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, envueltas en electrónica funcional -"Nelle Tue Piscine"-, sorpresivas progresiones de acordes solventadas con algo más que oficio - el dream pop de cámara de "Uomini Contro Insetti", la más categórica-, pragmáticos medios tiempos de propulsión romántica -"Les Jeux Sont Faits"-; también envueltas en baladas remilgadas ya sean de cumplida plasticidad -"Tutta La Terra Finisce In Mare"- o dramática y tensionada -"Un Aggettivo, Un Verbo, Una Parola"-, o abstraída -"Delle Barche E I Transatliantici", cuyos acordes iniciales parece que se van a arrancar con "Sunday Morning"-.
Un disco hermoso, muy marcado en el tono por varias desgracias personales consecutivas -muertes cercanas, rupturas-, que va escalando posiciones en nuestro corazón a cada escucha.
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