jueves, 29 de mayo de 2025

Sophia Kennedy, "Squeeze Me"






No deja de resultar un tanto incomprensible la tibia acogida que está teniendo en los primeros días tras su publicación "Squeeze Me", el tercer disco de la estadounidense -afincada actualmente en Hamburgo- Sophia Kennedy. Teniendo en cuenta lo bien armado que está -tanto en la cocción de los ingredientes instrumentales como en el encaje con los mismos de la grave voz de la que hace gala su protagonista-, y teniendo en cuenta que las canciones funcionan sin esfuerzo esperemos que aquellas impresiones vayan mejorando con el paso de las semanas: aquí está nuestro granito de arena.

Se percibe en "Squeeze Me" una mayor austeridad en el engranaje respecto a las obras precedentes, pero Kennedy no ha perdido un ápice de la épica post-catastrofista con la que puso los cimientos de su andadura (sobre todo desde "Monsters" de 2021). Y que la sitúa muy por encima de otras exponentes del art-pop electrónico tipo Circuit des Yeux o Molly Nilsson, por erudición y capacidad de Sophia para concretar en punzantes ambientes unas canciones la mar de sugestivas y perfectamente hilvanadas. Haber estudiado cinematografía no solo le ha servido para cuidar al máximo sus videoclips, sino para saber mantener un tono narrativo de alto postín en cada una de sus composiciones.






"Squeeze Me" propone una certera relectura del post-punk sintetizado de finales de los setenta y principios de los ochenta, sometida al impulso fiable de la electrónica orgánica. Entre lo inquietante -"Nose for a Mountain"-, lo hábilmente preliminar -"Imaginary Friend"-, lo sutilmente exótico -"Drive the Lorry"- o lo traviesamente fantasmagórico -"Rodeo"-, mientras su registro de contralto avanza siempre con avezada desenvoltura.

Además, está "Feed Me", que desde ya pasa a formar parte de la troupe de insignes descendientes de "Femme Fatale", y "Oakwood 21" o "Closing Time", estas últimas más apegadas la forma de escribir de un Kurt Weill, y que no hubieran desentonado en absoluto en los repertorios pasados de Cristina Monet, Grace Jones o, ya puestos, Marlene Dietrich.

Las letras del conjunto inciden en el desafío constante de las relaciones sentimentales, en no dar nada por conquistado. Carácter indómito el de Sophia Kennedy, cuyo "Squeeze Me" (en el acervo cotidiano una irónica reinterpretación fonética del 'Excuse Me?') tiene que subir muchos peldaños en la apreciación colectiva, vaya que sí.

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