jueves, 19 de julio de 2018

Diez años en Vailima: Discos 2008-2018 (I)





Aldous Harding – "Party" (4AD, 2017)

Intensidad interpretativa, gran versatilidad vocal, inquietantes entramados sonoros y remembranzas de grandes nombres de su escudería (Kristin Hersh a la cabeza) y de otras grandes damas de la canción folk como Vashti Bunyan o Linda Perhacs, por no hablar del neoclasicismo a la manera de Nick Cave. Harding viene a sujetar los andamios de la canción confesional contemporánea con decisión, fortaleza y recursos. Más información aquí.





Alfonso Barbieri – "Tontos Enanos Amarillos Matando Osos" (autoeditado, 2015)

El argentino musica con inusitada facilidad textos muy poéticos de amigos y colegas de profesión sin recurrir al manido y petulante spoken word o a excusas derivativas por el estilo. Pop mutante que puede mirar indistintamente en una misma canción a Charly Garcia, a Los Abuelos de la Nada, a los Zombies de Bernardo Bonezzi o… a El Desvän del Macho. La participación de Arnaldo Antunes (Titãs, Tribalistas) en “Soneto a tus vísceras” podría no pasar de anecdótica, pero le da un plus de confianza que se confirma del todo al acabar de escuchar esta maravilla iconoclasta tan propiamente austral. Aquí su bandcamp.





Amy And The Dancebox – "Good Report Card" (Athletic Tapes, 2014)

Amy Luxenburger no pudo llegar a ver publicadas de manera oficial las canciones que venía probando con mimo desde hacía tiempo y que iban a formar parte de su álbum de debut. En septiembre de 2013 dejaba este mundo con tan solo 27 años pero, gracias al trabajo de (post)producción de Jon Erich Booth la de Ohio tiene para la posteridad su colección de canciones dispuesta para disfrute de los fans del pop tropical y nuevaolero (The B-52’s, Lene Lovich) que también mira hacia el soft-pop típicamente norteamericano. Un talento injustamente arrebatado demasiado pronto. Pueden acceder a través de su propio bandcamp o al de la versión en cassette que editara Athletic.




  
Anna Makirere – "Tiare Avatea" (Little Axe Records, 2017)

Una cassette de 1981 perdida entre los cocoteros de la perla de las Islas Cook (Rarotonga), con su trabajado artesonado de guitarras paradisíacas y energéticas y unas melodías en apariencia absortas pero sentidas. Triunfa por su sencillez, por su frescura y por su ausencia absoluta de pretensiones. Otro universo folk (polinesio, para ser exactos) a investigar. Aquí su bandcamp.





Anti – "Antiaventura" (Federación de Universos Pop, 2009)

Tito Pintado (vocalista de los injustamente olvidados Penelope Trip) tardó más de diez años en darle continuación a su primer disco en solitario (“Anti”, editado por Elefant en 1998) insistiendo en esa indietrónica a la que se auto-adscribiera ya desde los tiempos de Telefilm. Pop minimalista, raruno y ante todo intuitivo, como corresponde a un no-músico vocacional como él. Chill out de mesa camilla para afrontar con la debida distancia la resaca de aquel Xixón Sound… Aquí su bandcamp con parte de la obra.





Balue – "Wavy Daze" (Lunar Ruins, 2016)

La pericia de este hombre-orquesta afincado en Nuevo México consiste en sonar constantemente a muchas cosas sin llegar a adentrarse nunca en las procelosas aguas del mimetismo o la malversación impúdica. Aun así Mac DeMarco, The Russian Futurists, Pixies, The Chills o R. Stevie Moore forman parte de la ensalada (consciente o inconsciente) de “Wavy Daze”. Sentido post-psicodélico y post-shoegaze del surf-pop: rabioso y aislacionista a partes iguales, pero altamente evocador y travieso. Más información aquí.





Baseball Gregg – "Vacation" (La Barbería, 2016)

Absolutamente enternecedor y divertido lo de estos italoamericanos: si no uno no se explica cómo pueden injertar ¡en dos canciones! el archiconocido “Pure” de The Lightning Seeds (“Regatta” y “Burn Up”, y además seguidas): ¿casualidad, inconsciencia, intencionalidad? Dejando aparte esta anécdota, “Vacation” es lo que indica la portada: indie-pop veraniego con auténticos hits (“Pneumatic Girl” y “Sad Sandra” son imbatibles) que, por mucho que te recuerden siempre a algo, sobreviven con suficiencia por su maña. Aquí su bandcamp.




  
Beach House – "Teen Dream" (Sub Pop, 2010)

Hay pocas cosas más irrebatibles: entre 2008 y 2012 NADIE pudo toser a Victoria Legrand y Alex Scally. Consiguieron la perfección absoluta con una trilogía invencible. “Devotion”, “Bloom” y este “Teen Dream” (en medio de los dos anteriores) redignificaron el dream-pop con arrebatadora personalidad cuando ya parecía una prenda escondida en el fondo del armario, sin tener que deberles nada a héroes pretéritos del género como Cocteau Twins o Slowdive. Todas y cada una de las canciones de “Teen Dream” se adhieren a hipotálamo y corazón: algo que suele ocurrir cada mucho tiempo. Normal que después de semejante despliegue de poderío perdieran fuelle con “Depression Cherry” y “Thank Your Lucky Stars” (ambos de 2015), aun manteniendo bien el tipo. “7” (2018), al que no le terminan de encajar todas las piezas, con todo es un repunte más que valioso. Con total merecimiento, los de Baltimore son desde hace tiempo unos rotundos clásicos contemporáneos. De los pocos. Aquí su bandcamp.





Belle Mare – "The Boat Of A Fragile Mind" (autoeditado, 2013)

La inveterada reminiscencia del gótico americano, el marchamo del blues y el gimoteo de la balada country licuados, en el plano eléctrico y según el caso, en trémolo o reverberación. Tratamiento fantasmal que, no obstante, bebe más del anonadamiento pop de habitación desabrida que de fangosos pantanos o praderas nocturnas y  amenazantes. Connotaciones lynchianas -sí, el recurso de imaginárselos en el Bang Bang Bar de Twin Peaks- o la –falsa- intención de reducirlos a émulos de Beach House (están más cerca de Hope Sandoval And The Warm Inventions), eso es todo lo que rodeó el magnífico arranque de estos neoyorquinos. Más información aquí.





Bic Runga – "Belle" (Sony, 2011)

Dibujos claros y los sonidos oxigenados de los que alguien de su status –superventas en su país, Nueva Zelanda- siempre ha hecho gala. Entre el soul femenino más dinámico y efervescente los últimos cincuenta y primeros sesenta, Sarah Cracknell o John Barry: un producto bien empaquetado, funcional, de apariencia frágil y de cuando las ganas de agradar, de vender, de sostener cierta exigencia y de perdurar en el tiempo adquieren –todas juntas- un inusitado equilibrio, algo con lo que uno no siempre tiene la fortuna de cruzarse en estancias de éxito ansioso e impenitente. Más información aquí.





The Bitter Springs – "Cuttlefish & Love's Remains" (Harvey, 2015)


Simon Rivers es uno de los (pen)últimos artesanos del pop británico de los que siempre se pueden esperar grandes cosas. No en vano de cualquier otro autor, después de un disco tan espectacular como el anterior “That Sentimental Slush” (2006) se barruntaría pinchazo, reiteración o condescendencia. Rivers no sabe de esos efectos, medien o no prolongadas bajas por lesión, como ocurrió antes de la publicación de este disco. Lo suyo sigue siendo un paso más allá en la escritura de la Gran Canción Pop Anglosajona de Pub y Perdición Existencial. En “Cuttlefish & Love's Remains” desfilan de alguna manera The Clash (“Shank’s Night Mare”), The Go-Betweens (“Not Now Mummy’s Jogging Dear”), The Pogues (“The Houndslow Solicitors”), The Triffids (“The Anonymous Touch”) o The Band of Holy Joy (“Poetry Emmulsion”) en una maniobra titánica de 15 canciones siempre más que sustanciales. Siguen siendo un valor (muy) seguro. Aquí en Spotify.

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